¿POR QUÉ NECESITAMOS LA OMC?
Los MacDonalds y los Starbucks están cerrando sus puertas sabiendo que miles de manifestantes contra la globalización amenazan con marchar en Cancún, el lugar de diversiones turísticas más popular de México. A medida que los servicios de seguridad se preparan para otra arremetida contra Organización Mundial del Comercio (OMC), Claude Martin, Director General del WWF International dice que considera que sí necesitamos a la OMC, pero una versión reformada que enfoque el trabajo para el que se fundó.
Las fuerzas de seguridad mexicanas se están preparando para la próxima arremetida de antiglobalización contra la OMC. Magullada tras los violentos motines durante la reunión en Seattle hace cuatro años, la OMC se escabulló a los desiertos de Qatar para su última reunión en el 2001. Pero las reuniones internacionales no tienen éxito escondidas de los ciudadanos a los que, se supone, deben representar, razón por la cual la OMC, para su reunión el mes entrante, ha optado por un centro turístico en México. Aquí, están al rojo vivo los sentimientos acerca de la globalización y las instituciones que la gobiernan. La OMC se vería en apuros para encontrar un país en donde las manifestaciones contra los impactos de la liberalización de los mercados sean más sinceros y vociferantes.
Nuevamente, llamados para "cerrar la OMC" se escucharán junto con el olor de gas lacrimógeno. Pero ¿por qué se odia tanto al OMC? Cuando el Acuerdo General de Tarifas y Comercio el precursor del OMC se fundó en las secuelas de la Segunda Guerra Mundial, sus metas eran simples: desmantelar las barreras de comercio y aprobar reglas que prohibieran la discriminación. Hay algo inocuo, aun seductor, acerca del comercio libre. Al final de cuentas, todos apoyamos la libertad. Entonces, qué tiene la OMC para que un grupo calculado de 23.000 granjeros, manifestantes y activistas se exponga al arresto y golpizas planeando marchas, "sentadas", protestas, y amenazas de bloquear los aeropuertos, Y ¿qué se puede hacer para tratar sus agravios?
Yo considero que el problema y la raíz de su furia no nace de la base por la que se fundó originalmente el Acuerdo General de Tarifas y Comercio, pero más bien por su incumplimiento de algunos aspectos de esta agenda, tales como las desigualdades causadas por los subsidios, y por su creciente participación en cuestiones más allá de su competencia, como la inversión. Estos problemas se empeoraron por la falta de transparencia en los mismos procedimientos de decisiones del OMC. Como resultado, para algunas personas la OMC hoy representa las injusticias del orden mundial favorece los países ricos y las corporaciones multinacionales, saqueando los recursos de los países en vías de desarrollo y haciendo caso omiso de cuestiones ambientales, de justicia social y de derechos humanos. Hay dudas sobre que la OMC ha sido partícipe en perpetuar estas injusticias, pero si ha de ser el chivo expiatorio para todos los males del mundo, deberíamos pensar cuidadosamente acerca de lo que podría ser la alternativa. Y creo que la alternativa podría ser peor.
Un vistazo de lo que podría suceder ya es aparente. En los últimos meses se ha visto el afán de algunos países ricos de tirar por la borda la cooperación internacional a favor de una agenda moldeada a sus exigencias nacionales. Desde el Protocolo de Kyoto hasta la Convención de Armas Químicas hay demasiado interés en ignorar al internacionalismo cuando éste implique transigir en cualquier forma. Los acuerdos de comercio no quedan exceptuados. Algunos países desarrollados consideran que pueden utilizar tácticas de mano dura para obtener más concesiones de los países pobres liquidándolos uno a uno con sus propias condiciones y para su propio beneficio, en vez de negociar con estos países todos juntos en un foro global Los Estados Unidos prosigue una agresiva agenda de este tipo la llamada "liberalización competitiva" desde Colombia hasta Marruecos, como base de su estrategia comercial. Pero estos acuerdos bilaterales pueden ser mucho peor para la gente y el ambiente que aquellos en donde interviene la OMC. El colapso de la OMC solo serviría para acelerar la proliferación de este tipo de acuerdos.
Necesitamos una organización internacional que haga cumplir un sistema de comercio a base de reglas, que haga desaparecer el interés de arreglos uno a uno, y que promueva el comercio que contribuya al desarrollo sostenible. Necesitamos un acuerdo internacional de comercio más equitativo en la agricultura y la pesca recortando drásticamente los subsidios y reformando las tarifas. Y el multilateralerismo debe seguir vivo y con buena salud.
Pero la OMC no debería entrometerse en asuntos por los que no fue fundada. Un enfrentamiento potencial entre reglas de comercio y el Protocolo de Kyoto es un excelente ejemplo, cuando la OMC rehusaba decir que los expertos en cambios climáticos podrán implementar el protocolo sin temor a que se les acuse de quebrantar las reglas de la OMC. Una situación similar podría presentarse por las "ecoetiquetas" en mercancías producidas en forma sostenible y ecológicamente amigable.
Este apetito por una jurisdicción siempre creciente lo empeora la Comisión Europea que negocia en la OMC representando a los estados miembros de la Comunidad Europea. Aunque la Comisión habla pomposamente de la necesidad de resucitar el multilateralismo y probar que la OMC pueda funcionar, simultáneamente trata de introducir una mezcolanza de nuevos temas en la reunión de Cancún porque no consigue que los discutan en otra parte. Los llamados "temas de Singapore" contienen propuestas radicales que ligan a los países a nuevas reglas, por ejemplo, materia de inversión. Incorporarlas en la OMC solamente estirará aún más su alcance y también la paciencia de los países en vías de desarrollo cuyas misiones a la OMC están sobrecargadas de trabajo y no tienen suficiente personal ni la experticia ni el apetito para negociar nuevas áreas.
Entonces, ¿a dónde nos dirigimos? Considero que en vez de pensar en liquidar la OMC deberíamos iniciar una campaña para una OMC fundamentalmente reformada pero que sea una que cumpla con lo que debe hacer: facilitar acuerdos de comercio equitativos para todos y promover el desarrollo sostenible. Deberíamos exigir que los gobiernos vuelvan a examinar la forma en que el procedimiento de hacer decisiones internacionales se divida entre organizaciones internacionales existentes. Deberíamos asegurarnos que estos cuerpos tengan la requerida experticia y la responsabilidad para llegar a decisiones en materia de desarrollo y ambiente, en vez de que se les diga como sucedió en la Cumbre de Johanesburgo el año pasado que se estaban entrometiendo en terrenos de la OMC.
Esto implica que la OMC debe traspasar las decisiones claves a las agencias apropiadas de las Naciones Unidas. Esto significa que aun en áreas en donde la OMC está utilizando su esfuerzo debe consultar con otras organizaciones. Tiene que cesar la práctica actual de impedir el acceso a la sala de expertos ambientales cuando la OMC esté discutiendo relaciones entre reglas de comercio y los acuerdos ambientales internacionales. Si no se toman estas medidas entonces, con o sin la ayuda de los manifestantes antiglobalización, la OMC, atiborrada y congestionada de cuestiones que no le conciernen, sufrirá un colapso. Y se alejará aún más la esperanza de un sistema multilateral que funcione para beneficio de los pobres y el ambiente.
* Dr Claude Martin el Director General del WWF International
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